El presidente Gustavo Petro anunció este viernes, 17 de enero, la suspensión de los diálogos de paz con la guerrilla del ELN, calificando los enfrentamientos recientes en el Catatumbo como “crímenes de guerra”. La violencia entre el ELN y las disidencias del Frente 33 de las FARC ha dejado al menos 34 muertos, incluyendo siete firmantes del Acuerdo de Paz de 2016.

El Gobierno señala que los ataques del ELN tienen como objetivo afectar a quienes apoyan los acuerdos de paz y fortalecer su presencia en la estratégica región fronteriza. Camilo González Posso, jefe negociador, calificó las acciones como “un plan contra la paz y los acuerdos firmados”.

En respuesta a esta grave situación, el presidente Petro reunió a su equipo de seguridad en la Casa de Nariño y envió al ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, al Catatumbo para evaluar de cerca la crisis.

El anuncio se da tras un comunicado del ELN que amenaza a empresas y comerciantes de la región, advirtiendo de más derramamiento de sangre si las disidencias no entregan a uno de sus líderes.

La crisis en el Catatumbo pone en evidencia los retos del proceso de paz y la necesidad de soluciones urgentes para proteger a la población civil.