La Universidad en Suárez, una oportunidad histórica para la juventud del Cauca
Vicepresidenta Francia Márquez

La inauguración de la sede de la Universidad del Valle en Suárez no es solo la apertura de una nueva infraestructura educativa, es un acto de reivindicación histórica para una región que ha luchado por mayores oportunidades. Durante años, el acceso a la educación superior ha sido un desafío para los jóvenes del norte del Cauca, quienes, en muchos casos, deben migrar a otras ciudades o abandonar sus sueños académicos por falta de recursos.

 

Este proyecto, que llega con una inversión de 52 mil millones de pesos, no solo acerca la universidad al territorio, sino que también siembra esperanza en una población que ha sido golpeada por la desigualdad y la violencia. Con la oferta de programas en agroindustria, ciencias forestales y la proyección de facultades en educación física y ciencias de la salud, se abre un camino hacia el desarrollo local, donde el conocimiento se convierte en una herramienta de transformación social.

 

Este avance ha sido posible gracias a la apuesta del presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez por fortalecer la educación pública en los territorios históricamente excluidos. Durante la entrega de la sede, ambos resaltaron la importancia de garantizar más oportunidades para la juventud del Cauca, impulsando proyectos que permitan cerrar las brechas educativas y fomentar el desarrollo regional.

 

Sin embargo, este logro plantea nuevos retos: garantizar calidad educativa, ampliar la oferta académica, fortalecer la investigación y asegurar el acceso real a estudiantes de comunidades rurales y en condición de vulnerabilidad. El gobierno nacional dio el primer paso, ahora le corresponde al municipio, gobernación y empresa privada unir esfuerzos para garantizar una educación superior de calidad. La pregunta ahora es: ¿será este el primer paso hacia una educación verdaderamente incluyente en el Cauca o quedará como un esfuerzo aislado? 

 

La llegada de la Universidad del Valle a Suárez es un avance innegable, pero su verdadero impacto dependerá de la continuidad de las políticas de acceso y permanencia educativa. No basta con tener aulas; se necesita un compromiso firme para que la educación superior sea un derecho garantizado y no un privilegio.